Saludo a mi querida Arquidiócesis de Tijuana: sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, y a toda la sociedad, con motivo de la Navidad y el Año Nuevo.
Navidad significa “Dios con nosotros”. En este tiempo de gracia, Cristo Jesús, que nació hace más de dos mil años en Belén, renace en su Iglesia y en quienes están dispuestos a reconocerlo como su Señor y Salvador.
¡Qué admirable misterio! Dios Eterno, que no tiene principio ni fin, entró en el tiempo; Dios Todopoderoso, dueño y Señor de cuanto existe, nació pobre, indefenso y entre pajas. ¿Para qué? Para mostrarnos la grandeza del amor de Dios por nosotros y el gran valor de nuestra dignidad humana; para que, desde nuestra condición humana, nos elevemos a lo divino, a lo trascendente; para hacernos hijos de Dios; y para que vivamos en el amor, la unidad y la alegría, como verdaderos hermanos.
Con María, la Virgen Madre y San José, acojamos al Niño Dios en nuestro corazón, en la familia, en la parroquia, en la comunidad. Vivamos gozosos el nacimiento del Hijo de Dios que se hace carne de nuestra carne y hueso de nuestro hueso, en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.
Como mujeres y hombres de fe y en medio de los retos y dificultades que avizoramos este Año Nuevo, despojémonos de todo pesimismo y abrámonos a la esperanza de un mañana mejor en nuestra Arquidiócesis, en nuestra Baja California y en nuestra Patria.
A todos les deseo una Navidad llena de la paz y del amor de Dios, y un Nuevo Año 2018 de superación en todos los aspectos de nuestra vida.
Su servidor en Cristo Jesús…
+Mons. Francisco Moreno Barrón
Arzobispo Metropolitano de Tijuana