Así como nació el Hijo de Dios, el verbo encarnado en el silencio, en medio de la necesidad y del ruido del diario vivir, así nació el Equipo de la Divina Providencia en la Parroquia de Santa María Reina, durante este mes de mayo, especialmente dedicado a la siempre Virgen María.
Más de una decena de mujeres, amas de casa y con un corazón generoso en fe y servicio han acogido en medio de sus múltiples actividades el apostolado de compartir y dar de comer al necesitado, especialmente una vez al mes, pero con el anhelo de que pueda ser incluso cada semana.
En efecto, en el horizonte de la esperanza no pierden la ilusión de que muy pronto llegarán a esa meta. La comida se sirve recién hecha, como ellas mismas dicen es “casera” calientita y rica para cada uno de los hermanos y hermanas, pequeños y mayores, los cuales que pueden sentarse a la mesa en el Comedor Parroquial “Jardín de María” donde se abren las puertas para animar este apostolado.