De: Ary Waldir Ramos Díaz ALETEIA
Hace tiempo el Papa Francisco, ofreció al Villareal CF un discurso motivador para todo aquel que enfrente momentos difíciles y obstáculos en la vida
El papa Francisco explicó cómo enfrenta las tantas dificultades y problemas de todos los días en su ministerio pastoral inspirándose en el fútbol y especialmente en la posición del portero, jugador de fútbol que defiende la portería de su equipo.
“El fútbol, como los demás deportes, es imagen de la vida y de la sociedad”, durante la audiencia a los futbolistas, los entrenadores y los dirigentes del equipo español del Villareal CF que llegaron a Roma para el próximo partido de la Liga Europea 2017.
“A mí me ayuda mucho pensar en el fútbol porque me gusta, y me ayuda. Pero cuando suelo pensar más es al portero. ¿Por qué? Porque él tiene que atajar la pelota de donde se la patean, no sabe de dónde vendrá. Y la vida es así.
Hay que tomar las cosas de donde vienen y como vienen. Y cuando yo me encuentro frente a situaciones que no esperaba, que hay que resolver y vinieron de acá cuando yo las esperaba de allá, pienso en el portero, así que los tengo muy presentes. Gracias”, dijo Francisco en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano.
El Villarreal Club de Fútbol está en busca de un milagro que le ayude a pasar a los octavos de final de la Europa League y juega esta tarde el partido de vuelta con el equipo local, Roma AS, para remontar 0-4 de la ida.
La Iglesia, la vida, la sociedad las ve como un equipo que juega unido para ganar, en el campo se necesita unos a otros. “Cada jugador pone su profesionalidad y habilidad en beneficio de un ideal común”.
“Se necesita mucho entrenamiento; pero también es importante invertir tiempo y esfuerzo en fortalecer el espíritu del equipo, para lograr crear esa conexión de movimientos: una simple mirada, un pequeño gesto, una expresión comunican tantas cosas en el campo…”, sostuvo.
Francisco aseguró que se necesita “espíritu de compañerismo”, dejar de lado el “individualismo o las aspiraciones personales. Si se juega pensando en el bien del grupo, entonces es más fácil obtener la victoria”.
Juego, diversión, educación y transmisión de valores van da la mano
El Obispo de Roma aseguró que los jugadores tienen una gran responsabilidad ante los más jóvenes. Esto “les debe motivar para dar lo mejor de ustedes mismos para ejercitar esos valores que en el fútbol tienen que ser palpables: el compañerismo, el esfuerzo personal, la belleza del juego, el juego de equipo”.
El buen jugador de la vida, como en el deporte, es agradecido. “Si pensamos en nuestra vida, podemos traer a la memoria el recuerdo de tantas personas que nos han ayudado y sin las cuales no estaríamos aquí”.
El secreto para no sentirnos superiores es recordar con quién hemos jugado el partido de la vida. “Este recuerdo nos hace bien, para no sentirnos superiores sino tomar conciencia de que somos parte de un gran equipo que empezó a formarse desde hace ya tiempo. Sentir de este modo nos ayuda a crecer como personas, porque nuestro “juego” no es sólo nuestro, sino también el de los demás, que de algún modo forman parte de nuestras vidas”.
El papa Francisco animó a “seguir jugando dando lo más bello y mejor de ustedes para que otros puedan disfrutar de esos momentos agradables que hacen la jornada diferente”.