El Papa cita a Dante Alighieri, en su descripción del infierno, quien “se imagina al diablo sentado en un trono de hielo, su morada es el hielo del amor extinguido”.
¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros? El amor se enfría- según el Papa: cuando hay ambición por el dinero; a esta “le sigue el rechazo de Dios, luego se “transforma en violencia al prójimo, incluso se enfría contra la Tierra. “La tierra está envenenada a causa de los desechos arrojados por negligencia e interés”. El amor se enfría también debido a “la aspereza egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse…
Tenemos que aprender a no quedarnos en un nivel inmediato, superficial, sino a reconocer qué cosas son las que dejan en nuestro interior una huella buena y más duradera.
Dedicar más tiempo a la oración hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar a Dios.
El ejercicio de la limosna nos libera de la ambición y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío, hacer del dar un auténtico estilo de vida”.
El ayuno: debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre”.