El gran acontecimiento de la Resurrección del Señor que la liturgia nos permite revivir, nos llevará naturalmente a seguirlo celebrando en casa y transmitirlo a muchas personas. La alegría no se puede esconder, no debe quedar ahogada cuando termina la Misa de Resurrección, todo lo contrario, salimos llenos de entusiasmo a compartirla con todos aquellos que nos vamos topando en el camino.
Esa alegría interior que experimentamos por saber que el Señor está vivo entre nosotros y que lo estará todos los días hasta el fin del mundo, debe reflejarse también exteriormente. Por eso es tan importante que la expresemos con mucha naturalidad en lo que hagamos durante los cincuenta días de Pascua.
Esta serie de ideas te puede ayudar a vivir este tiempo pascual.