La frustración parece un hecho inevitable en la vida de todas las personas. Ir profundizando que la vida es un proyecto que se convierte en realidad en la medida en que tropieza y choca.
Algunos «ingredientes» que propician la frustración:
- La falta de realismo: los medios disponibles para alcanzar una meta no son los correctos
- La impaciencia que impide el conocimiento. El aprendizaje requiere tiempo y esfuerzo.
- La impulsividad lleva a actuar solo por emociones o sentimientos, sin reflexión.
- La falta de serenidad por la que fácilmente se deja arrastrar por la ira.
- Tolerar mejor mis frustraciones, y más aún, aprovechándolas para superarme humanamente.
- Las frustraciones no siempre tienen un origen externo. Nos llevan a la intimidad con nosotros mismos.
¿Qué puedo hacer?
- Tomar conciencia de mis propios límites, de mi libertad condicionada, de lo absurdo de tomarme tan en serio la espontaneidad de la vida
- Liberarnos de esa falsa visión que niega que la vida sea lucha, que requiere de esfuerzo, disciplina, virtudes, y que el sabor de la misma, se obtiene al vencer las dificultades y contradicciones que se dan en un entretejido de tristezas, alegrías, éxitos y fracasos.
- Sin duda, Vencer la frustración es un proceso.