Santa María Reina
Fiesta Patronal: 22 de Agosto
«La Virgen Inmaculada … asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo,
Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte».
(Conc. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, n.59).
El 1 de noviembre, de 1954, al final del Año Mariano, el Santo Padre Pío XII colocó una corona enjoyada sobre la pintura de Nuestra Señora, Protectora de Roma. En ese momento, se levantó un fuerte llanto de entre la gran multitud congregada en Sta. María la Mayor: «¡Viva la Reina!». El Papa nombró a la Virgen Reina de cielos y tierra y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título.
No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara.
María es reina de los ángeles y de todos los hombres
Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que «a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen ‘Madre de Dios’, se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero».
El Santo Padre explicó que «el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (…) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre eSn el orden de la gracia».
María Santísima es reina de todo lo creado
Si bien todos reinaremos con Cristo, María Santísima participa de Su reinado de una forma singular y preeminente. Esto significa que Dios le ha otorgado Su poder para reinar sobre todos los hombres y los ángeles, y para vencer a Satanás.
Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
¡Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare!